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Recomendaciones para protegerse del sol en vacaciones.

Algunos expertos entregan estás 5 recomendaciones para proteger la piel en estas vacaciones

Recomendaciones para protegerse del sol en vacaciones.

La Fundación Cáncer de Piel Colombia brinda algunos consejos para cuidar la piel en esta época y evitar complicaciones por la exposición inadecuada al sol.

La época de fin de año significa para muchos la oportunidad para escapar de la rutina, conocer nuevos destinos y realizar actividades al aire libre que les permitan desconectarse de las obligaciones. Sin embargo, la exposición excesiva al sol, característica en las vacaciones de los colombianos, tiene consecuencias negativas para la piel que a largo plazo podrían desencadenar en ciertos tipos de cáncer.

Según la Organización Mundial de la Salud, la constante exposición a las radiaciones ultravioleta está relacionada con la aparición de distintos tumores cutáneos (como los carcinomas y los melanomas), manchas, lunares, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, entre otras irregularidades, como por ejemplo una reducción en la eficiencia del sistema inmunológico y la aparición de enfermedades oculares.

5 recomendaciones para proteger su piel del sol

Para la Dra. María Soledad Aluma, Dermatóloga de la Clínica Aurora, Centro Especializado en Cáncer de Piel de Medellín y Directora de la Fundación Cáncer de Piel Colombia, el sol es una de las mayores tentaciones durante la época vacacional, y por esa razón, se deben incorporar hábitos de autocuidado para minimizar los riesgos de esa exposición. “Debemos aprender a disfrutar del sol de manera responsable. Existen pautas sencillas que las personas pueden adoptar diariamente para que su piel descanse, luzca saludable y no se vea afectada por las actividades de esta época” explicó. 

1.    Protector Solar: un aliado indispensable

De acuerdo con la Dra. Aluma, se deben tener en cuenta aspectos como el factor de protección solar (FPS), el que sea de amplio espectro (es decir que cubra contra la radiación UVA y UVB), la presentación o consistencia del protector dependiendo del tipo de piel y la resistencia al agua o sudor, para elegir el protector adecuado. En ese sentido, explica que el FPS es una medida que indica el número de veces que el protector retarda la aparición de enrojecimiento de la piel al exponerse a los rayos UV del sol; por tal razón recomienda utilizar productos con un FPS de 30 o superior, los cuales proporcionan un 97% de protección. Éste debe aplicarse uniformemente en los sitios descubiertos del cuerpo, especialmente en la cara, incluyendo las orejas, el cuello, la zona de escote, los brazos y el dorso de las manos. La intensidad del sol y las actividades que impliquen sudoración o agua también determina la frecuencia de las aplicaciones y la cantidad de producto a utilizar. Idealmente se debe aplicar 15 a 30 minutos antes de salir al aire libre. 

2.    Evite la sobreexposición

Es común ver en playas, piscinas y otros lugares de recreo en Colombia, personas que pasan horas enteras bajo los rayos del sol, lo cual es una práctica poco recomendable. “A muchas personas les gusta notar su piel bronceada, que es básicamente un cambio significativo en el color. Ese cambio es una muestra del sufrimiento celular y la primera causa de envejecimiento de la piel, que, a la larga, puede desencadenar otras complicaciones” indicó Aluma. Por ello, recomienda reducir los tiempos de exposición al sol y hacerlo en franjas de baja intensidad (antes de las 10:00 a.m. y después de las 4:00 p.m.). 

3.    Adiós a las cámaras de bronceo

El uso de las cámaras de bronceo aumenta hasta en un 20% el riesgo de tumores en la piel. De acuerdo con diversos estudios el uso de una cámara solar al menos una vez en la vida aumenta en un 20% el riesgo de padecer melanoma, y que ese incremento es un 59% cuando se utiliza por primera vez antes de los 35 años.

4.    Prendas y accesorios

La ropa es la primera línea de defensa contra el sol. Por ello, accesorios como sombreros amplios y gafas de sol (con filtros especiales) son de gran ayuda para prevenir los daños en la piel y los ojos. De igual manera, ya existen en el mercado prendas hechas de fibras especiales (sintéticas y semi-sintéticas) que minimizan el contacto de los rayos solares con la piel y pueden ser utilizadas tanto en el mar como en la piscina por personas de todas las edades. 

5.    Hidratación constante

Estar expuesto al sol o a altas temperaturas durante un tiempo considerable, requiere de una buena hidratación. Esta sugerencia es especialmente importante en niños y personas de la tercera edad, quienes tienen más probabilidades de deshidratarse rápidamente y mayores dificultades para regular la temperatura corporal.

 Relación entre el sol y el cáncer

Las lesiones en la piel por lo general son producto de exposiciones repetitivas y prolongadas a los rayos solares. Hasta el 90% de los tipos de cáncer de piel más frecuentes se relacionan con la exposición inadecuada al sol. Por tal razón, se considera que la mayoría son prevenibles y se destaca además la importancia de la detección temprana para lograr tasas altas de remisión. Los expertos recomiendan consultar con el dermatólogo al menos una vez por año para identificar las lesiones a tiempo.

En ese escenario aparece un protagonista al que hay que ponerle cuidado: el Melanoma. Este ocupa el tercer puesto en frecuencia entre los tumores malignos cutáneos, pero produce el 80% de las muertes por cáncer de piel, dado su potencial elevado de metástasis y velocidad de progresión de la enfermedad2. Este cáncer se origina en las células responsables del color de la piel (melanocitos) y se puede identificar por la aparición de nuevos lunares con aspecto diferente a los demás o por cambios en la forma, contorno, color, tamaño o aparición de ulceraciones en los ya existentes, y que pueden avanzar sin control afectando a otros órganos del cuerpo. En esos casos avanzados, es indispensable la consulta con un oncólogo quien debe determinar la gravedad de la lesión y el tratamiento más adecuado.

A pesar de ser una enfermedad compleja, los pacientes con melanoma avanzado pueden acceder a novedosas opciones terapéuticas que identifican blancos moleculares específicos y atacan directamente las células cancerígenas o que modifican el sistema inmunológico para luchar más eficazmente contra estas. Estas terapias reducen el crecimiento tumoral, ayudan a controlar algunos de los síntomas, aumentan la supervivencia de los pacientes y mejoran sustancialmente su calidad de vida.