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Para quienes odian los reinados ¡La reina de los llaneros se pronuncia!

La reina que representará a Colombia en Miss Grand International, en Birmania, le habló claro a todos los que la juzgan y burlan.

Para quienes odian los reinados ¡La reina de los llaneros se pronuncia!

 

La llanera se ganó el título de Miss Grand Colombia y representará al país en el certamen internacional en Birmania. Luego de ciertas agreciones en redes sociales, Génesis Andrea Quintero, escribe una dura carta a quienes critican sus logros en reinados y a aquellos que, según ella, le han deseado hasta la muerte.

Dejando en claro que su particiapación en estos certámenes los hace por amor a su tierra, el folclor, por superación y para poder ayudar a su familia. 

Dice que en su próxima participación en Miss Grand International, programada para el 25 de octubre en Birmania, irá con “Dios de bastón, como un toro, recia y bravía, porque estoy lista para jugar y jugar limpio, como siempre lo he hecho”.

A continuación la carta que compartio en las redes sociales: 

Carta abierta a los haters:

“A mis 26 años, más de la mitad de mi vida he participado en reinados y ha sido solo por dos razones: La primera, porque amo el folclor y mi tierra natal. En los más de 10 reinados nacionales y regionales que exigen prueba de talento aseguraba mis triunfos. Mi segunda razón, superación. Cada reinado que gané era un premio económico que aseguraba la subsistencia de mi familia, sacada adelante por mi madre, en medio de ventas de hayacas, sancochos de gallina y toda esa gastronomía criolla, que muchos en mi tierra recordarán. Recursos que servían para pagar los tiquetes y tratar de comprar los vestidos en San Victorino (Bogotá). Cada corona la sudé y la luché, ya que ahí estaban el pago de mis estudios y la estabilidad de mi familia.

“Venir de Arauca era un reto. Allá no existe la perfección llamada Alfredo Barraza o Fabián Chacón, conocerlos era más que un sueño. En cada escenario que pisé siempre escuché la frase célebre “¿tú, reina? Por favor...” Eran instantes de quedarme callada, agachar la cabeza mientras los preparadores desempacaban las grandes maletas con el gran ajuar, y yo, con las uñas y cada ángel que Dios colocaba en mi camino, ya que finalmente cuando la corona es de uno, hasta con una sábana se corona. En esos momentos de competencia sabía que debía combinar los pocos outfits con los mismos dos pares de zapatos, porque las ayudas recogidas eran para pagar trajes típicos y gastos de la comitiva folclórica. Nunca hubo para una extensión, o para una lipo o mucho menos para la nariz, siempre iba armada de ganas, valor y determinación, eso sí, en mi mente jamás estuvo quedarme aplaudiendo, pues eso significaba regresar a casa sin dinero y, obviamente, repartir el premio entre varios preparadores. Pero algo es algo, de eso a nada. Incluso, quedar virreina aún era negocio, así batallé, ¡sí! En cuanto reinado había fui a parar.

“Al Miss Mundo Colombia, por aquellas épocas donde la ganadora estaba más cantada que mi Arauca vibrador, sabíamos (mi hermanita y yo) que íbamos era a luchar por el segundo y tercer lugar. Una lesión de tobillo me dejó lista para la foto, jajaja, debí retirarme. Cuando menos pensé apareció la opción de Miss Grand Colombia. Pensé en la posibilidad de contar mi historia de cómo los reinados me han formado en el campo artístico y cómo pague estudios y muchos mercados de comida cubrieron las necesidades de mi casa y las de mis vecinos.

“Cuando vi a mis contrincantes en Miss Grand Colombia, dije wow, en qué me metí, eran muñecas, preparadas y con miles de fans. Ahí comenzaron los ataques y burlas. Eso nunca me disminuyó, es más, jamás pasará.

“Cuando gané el Miss Grand Colombia pensé en lo mucho que podría hacer por mi gente de Arauca, por esos niños de mi fundación y por otros que conocería en este proceso. Entonces aparece la magia de la organización de Miss Grand Colombia. No ha habido un solo día que yo haya tenido que pagar un peso por mi preparación y los retoques aquellos que valen millones y que yo jamás pensé hacérmelos, porque obviamente el dinero tiene otras prioridades en mi vida.

“Cuando veo a mi director, un amigo, un jefe, un guía de verdad, no de aquellos que se quedan con el 50% de los incentivos. Este era diferente, este vino con un ejército de preparadores que hasta la fecha, puedo asegurar, ningún comité en Colombia lo tiene, pues es bien sabido que las reinas electas deben aportar la gran mayoría de sus gastos, preparación y retoquitos aquellos.

“Fue aquí donde note que al señor Neyder, le justifico sus gritos, sus llamados de atención, incluso el día que me dijo, o me haces caso o nombro a otra como Miss Grand Colombia, en medio de la negociación de una cirugía. Ese día casi me muero con Leonardo Ballestero (mi profesor de pasarela). Noté  que mi jefe Neyder ve Miss Grand como algo serio, con respeto, con firmeza, sobre todo con amor.

“Soy la mujer más afortunada al ser Colombia en Miss Grand International, tengo el respaldo de una organización única, con todas esas herramientas iré a Myanmar (Birmania) a una sola cosa, a dejar la sangre, no solo en el escenario, donde deba estar competiré, en cada cena, en cada desayuno , en cada desfile. Lucharé por ser la primera, no iré a jugar, iré a hacer lo que más sé hacer, competir, eso sí, si me quedo pegada que sea digno pues hasta el final lucharé, porque el Miss Grand International será el reinado de mi vida.

“Sé que hay reinas de otros países que son divinas, muñecas, perfectas, pero, como es una competencia, espero que se preparen como yo, que tengan mi disciplina, mi constancia y mi pasión, que no se confíen, he dejado a mujeres mil veces más bellas que yo aplaudiendo.

“Este mensaje es claro y directo para los que me desean la muerte, para los que desean que el avión se caiga, para los que me desean que me enferme o como leí la última vez, que un rayo me mate, acá estoy, con Dios de bastón, como un toro, recia y bravía porque estoy lista para jugar y jugar limpio, como siempre lo he hecho.

“Y tranquilos los de “¿la cara pa’ cuándo? Estoy en eso, vamos bien, trabajen y dejen trabajar.

“Finalmente, a todos los que anhelan verme en escena, pueden estar seguros de algo, en Birmania no los defraudaré.

"Gracias