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Máquina suiza limpia aire:absorbe CO2 de la atmósfera y permite reusarlo

Saca dióxido de carbono del aire y lo transforma en gas puro, que se usa luego en un invernadero cercano para estimular el crecimiento de vegetales.

Máquina suiza limpia aire:absorbe CO2 de la atmósfera y permite reusarlo

El desarrollo de esta tecnología puede traer muchos beneficios, no solo para el planeta sino económico, ya que es comercialmente viable. Por ello la compañía suiza Climeworks está desarrollando un proyecto, que intenta realizar la absorción del CO2.

La máquina que hasta ahora está en prueba, consta de 18 ventiladores cuyo tamaño de una lavadora grande aproximadamente, apilados uno encima del otro, que están sobre el techo de un inmenso centro de reciclaje en Hinwil, los cuales chupan el aire que los rodea y los filtros cubiertos con sustancias químicas que tienen en su interior absorben el CO2.

Los filtros se extraen cuando están saturados y se calientan a 100º C con el calor generado por la planta de reciclaje, lo que da como resultado gas de CO2 puro, que se recoge para ser utilizado más tarde; puede capturar hasta 900 toneladas de CO2 por año; el cual se utiliza luego en un gran invernadero cerca de la planta, para estimular el crecimiento de los vegetales.

Jan Wurzbacher, cofundador de la compañía sostuvo que, "ésta es la primera vez que estamos vendiendo comercialmente CO2, es el primer (experimento) en su tipo"

Para la compañía, dicha máquina tiene que ser un negocio, pues la captura de CO2 no puede funcionar de otra manera y asegura que tuvo que fabricar todos los componentes de la máquina desde cero y cree que, con la energía solar y eólica, los costos caerán rápidamente una vez que se incremente la producción.

Por otro lado, muchos ambientalistas tienen serias objeciones con el método de la empresa suiza y otros proyectos que siguen la misma lógica. Argumentan que se necesita replantear fundamentalmente cómo consumimos y producimos para hacer de la sustentabilidad un modo de vida.

"Necesitamos dar un paso atrás y preguntarnos cuáles son todos los caminos posibles para un futuro seguro", asegura Lil Fuhr, de la Fundación Heinrich Böll.